Los puntos de partida que eligió el colectivo Até para el proceso de creación que actualmente aborda son: un texto y una escena surgida en una improvisación a partir de la lectura de dicho texto. El texto que el grupo comenzó a trabajar como inspirador, es el siguiente: “En las paredes, una trémula perspectiva de brillos muertos definía la distancia, y por todas partes había un olor a gente ya cenada. Olía a pulcritud en estado de sitio, a orines derrotados, a carne vieja embutida en pijama.” (Landero, Luis.: 1984). Asimismo la escena, a la que ahora llamamos escena madre y además es la escena inicial, está basada en cuatro mujeres en torno a una mesa, en situación de cena. En dicha imagen estas personas realizan acciones cotidianas de una cena, en un tiempo irreal para dicha acción, es decir, en un tiempo “detenido”, “estancado”, muy lento.
En el proceso de creación, cada bailarina definió un par de acciones a realizar en la mesa, y las realiza en extrema lentitud (se pretende que sea casi imperceptible el movimiento). Es así que todos los movimientos voluntarios realizados por las intérpretes responden a esta calidad de lentitud extrema. Asimismo, decidimos indagar en aquellos movimientos que escaparan a nuestro control adquiriendo una velocidad diferente (involuntarios), como por ejemplo: pestaneos, caída del corcho, del agua, etc. Si bien la escena planteada es una situación cotidiana, el tiempo en el que trasncurre la aleja de la cotidianeidad.
También dentro del proceso creativo, decidimos trabajar el texto inicial a partir de la investigación personal mediante la realización de cuatro solos, donde cada intérprete encontró una calidad de movimiento personal, algo que devela algo más de cada una de estas cuatro mujeres. Actualmente nos encontramos aproximadamente en la mitad del proceso, y nos hemos propuesto profundizar el material obtenido hasta el momento y por sobretodo trabajar las transiciones de dicho material. Para trabajar dicho punto creemos importante la reflexión teórica acerca del material generado.
En el proceso de creación, cada bailarina definió un par de acciones a realizar en la mesa, y las realiza en extrema lentitud (se pretende que sea casi imperceptible el movimiento). Es así que todos los movimientos voluntarios realizados por las intérpretes responden a esta calidad de lentitud extrema. Asimismo, decidimos indagar en aquellos movimientos que escaparan a nuestro control adquiriendo una velocidad diferente (involuntarios), como por ejemplo: pestaneos, caída del corcho, del agua, etc. Si bien la escena planteada es una situación cotidiana, el tiempo en el que trasncurre la aleja de la cotidianeidad.
También dentro del proceso creativo, decidimos trabajar el texto inicial a partir de la investigación personal mediante la realización de cuatro solos, donde cada intérprete encontró una calidad de movimiento personal, algo que devela algo más de cada una de estas cuatro mujeres. Actualmente nos encontramos aproximadamente en la mitad del proceso, y nos hemos propuesto profundizar el material obtenido hasta el momento y por sobretodo trabajar las transiciones de dicho material. Para trabajar dicho punto creemos importante la reflexión teórica acerca del material generado.
Como estrategia de creación el grupo recurre siempre a la improvisación como generadora de material, asimismo también toma decisiones de composición (las cuales son bastante arbitrarias, por cierto). Es así que dejamos que “el sentido”, “las ideas”, “la dramaturgia” o lo que sea, vaya surgiendo en el proceso. Por ejemplo ha estado presente la idea de hacer que parecería como si fuéramos a realizar diferentes acciones (comer, tomar, cortarse, etc.) pero la acción no llega a concretarse. Otra idea que aparece recurrentemente es la de transformación, la idea de cambio de estado de las cuatro mujeres en cuestión, yendo del orden al desorden, de lo estructurado a lo desestructurado, de lo pulcro a lo sucio, etc
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